lunes, 30 de mayo de 2011

Supongo que estos chopos...

Supongo que estos chopos,
este asfalto agrietado y estos bancos
se aprendieron mi nombre,
supongo que soy parte del paisaje
de esta estación de tren donde hace tiempo
que no alumbra el farol del guardagujas.
Pero miento si digo
que solo formo parte del paisaje
porque yo soy paisaje,
todo en mi es panorama, horizonte, lejanía,
solitaria quietud, luz habitada
y apenas, a lo lejos, un racimo
de efímeros recuerdos. La memoria
no sabe de países donde anidad las tortolas
ni porque nacen verdes, las sabinas;
la memoria ha olvidado sus anales, la utilizo
para decir el nombre de las cosas,
para no equivocarme en los objetos
que alguna vez amé, para callarme
los nocturnos sin árboles, las lágrimas
que nunca conseguí fueran llanto
enteramente mío,
para volver, un día
si es que llegan las lluvias a sembrarme
en el mismo espacio entre dos gritos.
Yo soy ese cansino volar de la avutarda
en los trigos de junio y esa higuera
que le entra sus venas al otoño,
yo soy el avefría que funda los inviernos
y la tarde sedienta de aguas cárdenas
de veranos inciertos.
Yo soy esta estación donde no acuden
los ángeles sin alas
ni una alondra a deshoras,
yo soy estos andenes que han perdido
su dios de naftalina y los silbidos
de
los
trenes
de
largo
recorrido.

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